domingo, 30 de enero de 2011

LECTURA Y ESCRITURA Y EL EGRESADO DE LA EDUCACION MEDIA

El joven que llega a la universidad, ha culminado el tercer curso de la Educación Media. Llega con un certificado que dice que puede emplear su competencia comunicativa en

La adquisición, consolidación y aplicación de conocimientos, habilidades y destrezas requeridos para el acceso al mundo laboral y a la educación superior y aplicar sus capacidades comunicativas con el objeto de reconocer sus posibilidades y limitaciones como persona y establezcan relaciones interpersonales respetuosas de la diversidad[1].

No obstante, los docentes del primer año de la educación superior manifiestan que las capacidades citadas en el párrafo anterior no se observan en el rendimiento académico de estos jóvenes en las distintas carreras, manifiestan su preocupación por las dificultades, principalmente, en la comprensión y en la producción de textos académicos, que evidencian los desempeños de los alumnos, quienes realizan una lectura fragmentada, recuerdan ideas aisladas y no comprenden el material. Cuando plantean el origen de estos problemas, indican que los docentes de Lengua Castellana de los ciclos anteriores (la Educación Media, el tercer ciclo de la Educación Escolar Básica) e inclusive los docentes del Curso de Admisión Curso Probatorio u otro similar no han sabido desarrollar “el amor a la lectura”, “el hábito lector”, “la comprensión”, “no prepararon a los jóvenes para afrontar el desafío de una formación superior”, “no conocen las estrategias para desarrollar la comprensión y la producción de textos”, Al respecto, se encuentra en los periódicos declaraciones como las que siguen:

en el 2007, docentes de la Universidad Católica, tras analizar los resultados del Curso de Admisiónconcluyeron, entre otros aspectos, que los postulantes presentaban una notable falta de capacidad en expresión escrita. En una publicación periodística de la época, Xenia Jermolieff de Cattoni, directora del Curso de Admisión de la UC, decía que los estudiantes que se presentaron con intenciones de incorporarse a las distintas carreras “demostraron poseer un registro lingüístico muy limitado, que en un trabajo mínimo de redacción les impide expresar sus ideas con propiedad”.[2]

Por su parte, en la misma publicación, la directora (…), apuntaba sobre debilidades de los aspirantes al ingreso “la falta de capacidad en expresión escrita y en sentido crítico”. Admitiendo que tales precariedades venían desde la Educación Básica y la Educación Media, (…) reflexionaba: “los chicos no manejan libros; en la secundaria usan esos folletos que los profesores les preparan (…); los alumnos no están construyendo”.

Coincidiendo con lo anterior, Tadeo Zarratea[3] ha llegado a afirmar que en Paraguay existenanalfabetos académicos

que son aquellos ciudadanos que llegan a la universidad sin haber aprendido a leer y escribir. Aquellos que aprobaron todos los grados de la primaria y de la secundaria, pasaron las pruebas de admisión y toman asiento en la universidad como si fueran bachilleres, pero no saben leer ni escribir[4].

En docentes, profesionales, intelectuales es sentida la necesidad de abordar esta problemática: las dificultades de comprensión y la escasa lectura de los jóvenes; que hasta han propuesto un proyecto,“Paraguay lee”, de impacto nacional centrado en la lectura:

“Paraguay lee” (…) busca impulsar la lectura como herramienta esencial del desarrollo integral del ser humano. Apunta a capacitar a niños y jóvenes en la búsqueda constante del conocimiento mediante la utilización del libro (…) actualización permanente de docentes como introductores de sus alumnos al gusto por la lectura, (…) busca contribuir con el esfuerzo de mejorar el nivel educativo y cultural de nuestro pueblo” (…) que nuestros jóvenes adquieran mayor capacidad crítica y una mejor formación con miras a su inserción laboral en un mercado muy competitivo (…) (…) a través de la facilitación de la lectura promoveremos un país más justo, con mayor equidad. La lectura hace a la educación y a la formación intelectual, y por lo tanto apunta a la mejor calidad de vida del individuo y de la comunidad[5].

En los años 80, se estableció un tipo de ingreso a la Universidad que se realiza a través del Curso de Admisión[6], que pretende dotar a los estudiantes de los instrumentos intelectuales básicos necesarios para seguir estudios superiores. De esta manera, se persigue el desarrollo y el afianzamiento de las competencias básicas, entre ellas, las de lectura y de escritura que considerala comprensión de textos orales y escritos, la producción de mensajes escritos claros, precisos y coherentes con énfasis en la comunicación científica y la aplicación correcta de pautas convencionales del lenguaje a través de la materia Comunicación Oral y Escrita desarrollada por docentes especializados en el área de lengua castellana.

Este curso, prerrequisito de ingreso a la universidad, fue concebido, fundamentalmente, como de nivelación ya que se considera que los estudiantes en los ciclos anteriores, no han adquirido las habilidades lingüísticas que le permitirían afrontar las materias de una carrera universitaria.

Los docentes coinciden en que la nivelación pretendida no da los resultados esperados. Ante esta situación, se reconoce que la lectura y la escritura debe ser motivo de una reflexión fructífera para que las competencias básicas de comunicación de la comprensión y la producción de textos, que se pretenden nivelar en el Curso de Admisión, al ser transferidas al interior de las disciplinas produzcan el efecto esperado: desarrollar las competencias profesionales o ser un “piso” para estas.


[1] Programa de Estudio, Currículum Nacional, Área Lengua, Literatura y sus Tecnologías, Plan Común, MEC, PY.

[2] Farina, B. N. (2009) LA REIVINDICACIÓN DEL LIBRO, Leer o no leer, ABC Digital,

[3] Nació en Juty, departamento de Ka'asapa, Paraguay, en 1946; es Abogado y Licenciado en Lengua Guaraní. Alterna el ejercicio de la abogacía con la docencia, la política, la literatura y la investigación de la lengua guaraní. Actualmente desempeña el cargo de Juez de Primera Instancia en lo Laboral del Quinto Turno de la Capital. Se desempeñó como catedrático de Lengua y Literatura Guaraní en varias unidades académicas de las Universidades Nacional y Católica de Asunción, conservando en la actualidad la cátedra en el Instituto Superior de Teología de la U.C. Ejerció sucesivamente los cargos de Convencional Constituyente, Asesor de la Vicepresidencia de la República, Senador de la Nación y Director Jurídico del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

[4] Zarratea T. (sábado, 27 de diciembre de 2008), Alfabetizar a los analfabetos en el Paraguay,MBATOVI,Espacio de la Cultura Bilingüe Paraguaya.

[5] Intelectuales presentaron al MEC el programa “Paraguay lee”(2009), LA NACIÓN, Edición Online,

[6] El sistema de Admisión es flexible, así está establecido en el capítulo VIII del Reglamento de Unidades Académicas de la Universidad Católica “El sistema de Admisión es aquel mediante el cual el alumno accede a las carreras de grado de la Universidad Católica. Cuando fuese necesario el Vicerrectorado académico realizará las modificaciones pertinentes (…) El curso de Admisión es un componente del sistema que, a través de un proceso de integración de saberes y experiencias del alumno, permite promover y verificar las competencias básicas para la vida universitaria.”

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